Pero también un año de guerras, de posguerras, de hambre, de sed, de asesinatos, de muertes, de protestas, de miedo... y eso es lo peor, el miedo. Por eso, animo a quien me lea a que se atreva, a que sueñe, a que grite, a que reconozca su derecho a equivocarse, a buscar nuevos amigos si no está conforme con los que tiene, a decir que no... y que sí. A enamorarse por mal que lo haya pasado, a viajar aunque sea a medio pelo, a irse al monte a ver la naturaleza y a cuestionarse todo lo que nos cuenta la tele.
2007... el año de apostar por los sueños para que en 2008 se terminen de hacer realidad...
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